
Preparados, 6:50 am.
18.08.15
BARCELONA. Este viernes, recibí la llamada de mi amigo Josef Ajram animándome a acompañarle en una salida que tenía prevista hacer el lunes en Mallorca. La salvajada, completar la vuelta a toda la isla siguiendo la ruta de Mallorca 312. Estos retos de resistencia no me atraen especialmente, pero la idea de compartir la experiencia con él y sentir unas sensaciones diferentes me sedujo, y sin dudarlo le dije que sí. Después de un calentamiento con Sandra de 128 kilómetros el domingo al mediodía, el lunes a las siete de la mañana ya pedaleábamos en paralelo junto a numerosos seguidores que se unieron a la cita. El día amanecía bonito y rodábamos con optimismo hasta que muy pronto, en el primer puerto de la Serra de Tramuntana, el cielo se tapó y empezó a llover. A partir de ahí, todo se torció y completamente de corto, más que contra los kilómetros nos tocó pelear contra la lluvia, el frío y un asfalto que por momentos parecía jabón; Josef, Juan, Gonzalo y yo éramos los únicos ciclistas en una carretera sinuosa con constantes sube-baja primero y en el área metropolitana de Palma llena de tráfico y líneas de pintura después. Para colmo, y todavía no encuentro la razón, mis frenos dejaron de funcionar cuando la carretera se empapó y tuve que hacer imposibles para continuar el camino sin caerme o estamparme contra un coche o una pared con las manos y las cervicales completamente agarrotadas por el frío y la tensión. No me apetecía hablar y concentrado en llegar sano y salvo al final de cada bajada, la cabeza de Josef no sé por dónde andaría pero la mía no paraba en darle vueltas a qué coño hacía allí. Sin embargo, a pesar de las adversidades y tomando nuestras desgracias en tono de humor con Juan Simonet de Pedalea o Revienta, en ningún momento pensé en abandonar y aunque renegase en voz alta, tenía la esperanza de que el tiempo mejoraría y así fue. Sobre el kilómetro 190 la lluvia cesó y nuestra salida cambió completamente; paramos en el impresionante avituallamiento que nos preparó Sulaika y volvieron las sonrisas, las conversaciones y con una motivación extra recordando las penurias que habíamos dejado atrás, volamos por carreteras mucho más llevaderas hasta conseguir el objetivo de llegar a Port d'Alcudia con 312 kilómetros en las piernas mientras el sol salía intentando secar nuestros culotes.


Bahía de Pollença, 7:30 am.

Empezamos a subir la sierra de Tramontana.

Primera bajada.


Km 78. Empanada de carne, Coke y reagrupamiento en Deià.


Juan Simonet y Josef.

¿Escocia?


Km 156. Cruzando Palma.

Km 180. Se abre el cielo y deja de llover con intensidad.

No es natación, es ciclismo.

Sufriendo con ganas.

Km 285. Por fin el sol.

Baño de celebración en Port d'Alcúdia, objetivo cumplido.
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**Aquí tenéis los números de mi monitor 10:51h 312km 168w +3.788m 115ppm y más detalles en mi cuenta de Strava.